- El programa “Rugby como transformación social” cuenta con el apoyo del Gobierno Vasco.
- El Getxo Rugby realiza las actividades junto a Bitartesport, una asociación sin ánimo de lucro que busca mediar e impulsar las relaciones y conexiones entre el deporte, lo social y lo comunitario.
- Aitor Arri, responsable del equipo inclusivo del club getxotarra, subraya con su experiencia que el rugby puede usarse en más ámbitos como herramienta de transformación social.
El Getxo Rugby sigue inmerso en su lucha por impulsar la inclusión de todas las personas en el mundo del balón oval. Más allá de que el equipo inclusivo getxoztarra fuese uno de los principales promotores de la Bultza Liga, pionera a nivel vasco y estatal, el club forma parte de otro proyecto innovador en Bizkaia. Se trata del programa que ya se está desarrollando en el Centro Penitenciario Bizkaia y que se denomina “Rugby como transformación social”. Actividad que cuenta con el apoyo del Gobierno vasco a través del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales.
El Getxo Rugby participa en el mismo colaborando con la asociación sin ánimo de lucro Bitartesport, que busca mediar e impulsar las relaciones y conexiones entre el deporte, lo social y lo comunitario a diferentes niveles. La finalidad de ambos es que el rugby sea una herramienta de transformación social y de crecimiento personal, gracias a la transmisión de sus buenos valores. Aprovechar un deporte que ofrece una oportunidad de inclusión, de desarrollo individual y grupal a todas las personas por igual.
Según Aitor Arri, que lleva ya más 7 años como responsable del equipo inclusivo del Getxo Rugby, “la palabra inclusión es mucho más grande en la sociedad. Es incluir a todo el mundo, no solo a las personas con discapacidad intelectual. Por eso entendimos que el rugby podría usarse en más ámbitos como herramienta de transformación social”. Todo comenzó con una llamada a Bitartesport, a Xabier Armentia, para entre las dos partes poder sacar el proyecto adelante. En un encuentro donde se acordaron las líneas de acción, Armentia señala que lo que más les motivó fue “poder generar espacios donde poder utilizar el deporte, en este caso el rugby promoviendo sus valores para ayudar a transformar la sociedad. Lograr que sea una herramienta más allá del desarrollo físico”. Arri incide en esa misma motivación. “Nos mueven los valores del rugby. Pero sobre todo, nuestra buena experiencia con el equipo inclusivo, en el que estamos viendo que personas con discapacidad están mejorando a nivel social y que están bien integrados en un grupo de gente. Ver eso día a día, y con más con el tiempo, es increíble. Queremos ponerlo en práctica en otros sitios donde pueden ser mucho más difícil las relaciones sociales” subraya.
La nota de prensa del Gobierno Vasco destaca que “desde la creación de un espacio de relación, reconocimiento interpersonal y comunicación se realizan entrenamientos de una hora de duración semanal con el grupo de presos en el patio del centro, en el que, a través del deporte, el juego y el uso del balón, se trabajan los valores sociales y relacionales de una manera consciente, a la vez que se realiza una actividad física que reporta bienestar personal y hábito saludable lo que ayuda a canalizar las pulsiones y estrés”.
Además de Aitor Arri por parte del Getxo Rugby también hace Aitor Larraona los entrenamientos con 15 internos en régimen de vida ordinario en el Centro Penitenciario Bizkaia. Armentia señala que entre todos “buscamos promover el compañerismo, el compromiso, el respeto, la solidaridad y la humildad. Creo que el rugby puede trasladar esos valores. Y sobre todo la deportividad que un deporte de contacto puede fomentar y cómo poder gestionar las habilidades y emociones a través de este deporte en un espacio como el Centro Penitenciario Bizkaia”. Arri añade que: “el rugby enseña disciplina y que el esfuerzo tiene su recompensa; que no importa cuántas veces te tumben si no a levantarte todas ellas y seguir hacia adelante. Además la rivalidad acaba con el partido porque después los contrincantes pueden hablar y entenderse fuera del campo. Sobre todo, que hay que respetar a todos por igual”.